sábado, 5 de octubre de 2013

Un pensamiento por Steve

Hace ya dos años de la muerte de Steve Jobs. Una mirada al pasado me hace ver como puede cambiar la vida en tan poco tiempo, con esa sensación de fragilidad que nos hace humildes a los humanos. 

Recuerdo bien cuando me enteré de la noticia. Yo tenía otro trabajo y otra vida. Steve Jobs había muerto, y sinceramente, un nudo en la garganta me ahogó durante unos cuantos minutos, como cuando cualquier gurú tecnológico muere, pero con una intensidad mucho, mucho mayor. Un ídolo al que todo aficionado a los ordenadores o smartphones debería idolatrar. No se marchaba un simple mortal. Se  alejaba una gran sombra que protegía de la cegadora luz de la normalidad al mundo tecnológico. Un vendedor nato que demostró al mundo que haciendo las cosas con pasión se podía ganar mas dinero que simplemente compitiendo por el procesador mas rápido, o por la memoria mas gorda con el precio mas barato y la solución mas complicada. 

Dos años después de su muerte sigo preguntándome quién acercará a los mortales otro ratón, u otra interface gráfica, otro iPod, iPhone o iPad. Quien saldrá al relevo de reinventar lo que no funciona, o de encontrar aquello que llevamos toda la vida buscando, y traerlo a nuestras manos.

De todos mis ídolos de  Silicon Valley, Steve Jobs seguramente será el mas recordado. 

¡Un saludo rey! 

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